El pasado 2 de octubre se celebró en Alpedrete la “Marcha Rosa juntos somos más” contra el cáncer de mama, organizada por Farmaestro con el apoyo del Ayuntamiento de Alpedrete. Los participantes, además de recorrer los más de 4 kilómetros de la ruta, realizaron aportaciones económicas que se han extendido en el tiempo hasta el 19 de mayo que se celebra el Día contra el cáncer de mama. El dinero recogido ha ascendido a 1.379,95 euros, que se donará al grupo GEICAM de investigación en cáncer de mama.
El dinero, en concreto, se invertirá en un proyecto de investigación llamado EFIK que propone estudiar el beneficio del ejercicio físico en pacientes a los que se ha diagnosticado cáncer de mama. Sabemos que el ejercicio físico ayuda, aseguran los promotores de EFIK, “pero desconocemos la razón biológica de ello”. Es ese precisamente el aspecto en el que se pretende avanzar. Los datos obtenidos se darán a conocer mediante su publicación en revistas especializadas y difusión a la sociedad.
GEICAM es una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a la investigación del cáncer de mama en España. En ella participan más de 800 expertos que trabajan en 184 hospitales. Desde su constitución en 1995, GEICAM ha realizado más de un centenar de estudios en los que han participado más de 46.000 mujeres.
En España, según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer, se diagnostican 26.000 casos cada año, lo que representa casi el 30% de todos los tumores que sufren las mujeres en nuestro país. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 80 años y la franja de edad más afectada es entre los 45 y los 65 años. La media de casos es de 50,9 por cada 100.000 habitantes.
El cáncer de mama no se puede prevenir, pero el riesgo de padecerlo se reduce en las personas que realizan ejercicio físico regular (4 horas semanales), evitando el sobrepeso y la obesidad tras la menopausia, y el consumo de alcohol. Sin embargo, se puede diagnosticar precozmente, antes de que se note ningún síntoma.
El diagnóstico precoz es fundamental porque las posibilidades de curación que se detectan en la etapa inicial se acercan al 100%. La técnica más utilizada es la mamografía, que es capaz de detectar lesiones en estados muy incipientes de la enfermedad hasta dos años antes de que sean palpables. Un método complementario es la exploración física realizada periódicamente por el médico o por la propia mujer. Sin embargo, este método es poco eficaz y no permite diagnosticar tumores pequeños, que sí serían diagnosticados con una mamografía. Se estima que la mamografía permite detectar el 90% de los tumores y el examen físico menos de un 50%.
Vídeo explicativo sobre el proyecto EFIK