La dehesa municipal es un ecosistema modificado por el ser humano. El bosque original de la dehesa era un encinar al que se le dio un uso agrícola y ganadero. Fue esa alteración la que produjo un aumento de la biodiversidad que ha convertido ese espacio en un ecosistema rico, equilibrado y del que hay que hacer un uso responsable.
El Ayuntamiento de Alpedrete ha dispuesto en la dehesa municipal paneles informativos explicando esa riqueza. En lo que se refiere a la fauna, por ejemplo, se encuentra el conejo, pieza clave del ecosistema mediterráneo. Su existencia implica que la zona sea muy rica en aves rapaces, desde el águila imperial hasta buitre negro, pasando por águila calzada, águila culebrera, milano real, milano negro, o ratonero común, etc. Otros mamíferos presentes son los erizos, zorros, garduñas, ginetas, corzos, jabalíes, topillos y murciélagos.
Mención aparte merecen los anfibios, ya que al haber en la zona numerosas charcas, presentan buenas poblaciones de tritón pigmeo, gallipato, tritón ibérico, rana común, sapo corredor, sapo de espuelas, ranita de San Antonio, sapillo pintojo y sapo partero. En este sentido, la dehesa es uno de los puntos de mayor riqueza en anfibios de la Comunidad de Madrid.
Entre los reptiles destacan, gracias a, entre otras cosas, los muros de piedra, el lagarto ocelado, las lagartijas hispánicas, la lagartija colilarga, y la culebra bastarda, de herradura y de agua o culebra viperina.
En cuanto a la flora, la encina es la protagonista principal de la dehesa. Junto a ella se pueden encontrar otros árboles como los fresnos, sauces, arces de Montpellier. Entre los arbustos destacan, además de las zarzas y los rosales, los majuelos y los endrinos.