El Ayuntamiento de Alpedrete ha requerido a URBASER, concesionaria del servicio de limpieza del municipio, que reponga los 53 contenedores verdes y 11 amarillos retirados por la empresa tras haber sufrido incendios y que no han sido restituidos. En total son 64 contenedores con un valor de mercado aproximado de 2.500 euros cada uno, en total 160.000 euros.
Al tener conocimiento de esta situación, el Equipo de Gobierno ha tomado las medidas necesarias para su solución. Se ha realizado un informe de la situación de los contenedores, se ha requerido a la empresa su reposición y se ha aprobado una modificación presupuestaria para la adquisición subsidiaria de 40 contenedores por parte del Ayuntamiento de Alpedrete, en lo que se resuelve el procedimiento administrativo. El Equipo de Gobierno ha tomado esta decisión al considerar que las necesidades de los vecinos no pueden estar supeditadas a los plazos administrativos.
El compromiso de URBASER, según contrato, es que deben existir 238 contenedores destinados para Residuos Sólidos Urbanos (verdes) y 144 de envases (amarillos). En la actualidad, según los informes de los servicios técnicos municipales, sólo hay desplegados en el municipio 185 verdes y 133 amarillos.
De acuerdo a datos de la Policia Local, desde el año 2007, se han producido en el municipio 237 incidentes de quema de contenedores. Parte de estos incidentes han sido incendios de menor consideración, en los que se han podido reparar los contenedores. Los datos de la policia señalan que más del 80% de los incendios se producen entre noviembre y abril, los meses más fríos del año y en el que se utilizan con mayor frecuencia chimeneas y estufas. Por este motivo, se estima que la mayoría de los incidentes se deben a descuidos de los usuarios (verter cenizas de chimenea mal apagadas, por ejemplo), más que a actos vandálicos.
URBASER, en lugar de reponer los contenedores deteriorados, redistribuía los existentes en los puntos de mayor demanda sin contar con la debida supervisión y autorización del Ayuntamiento. Hasta el pleno de mayo, el Ayuntamiento no había requerido a la empresa la reposición de los contenedores pese a tener conocimiento de este deterioro paulatino. La falta de actuación desde el 2010, fecha de cambio de los contenedores de metal a los actuales, ha significado que el problema haya crecido hasta las dimensiones actuales.