La Casa de Cultura Asunción Balaguer acoge desde el 2 al 27 de marzo una exposición de dibujos de Miguel de Unamuno, tal vez una de las facetas menos conocidas del escritor y filósofo de la Generación del 98. La relación de Unamuno con el dibujo fue constante, se conservan más de 200 en su archivo. A ellos habría que sumar los que regaló a sus amigos o los que fueron publicados.
La exposición que llega a Alpedrete está formada por una selección de los dibujos que se conservan en la Casa Museo Unamuno de la Universidad de Salamanca. Las obras, en muchas ocasiones relacionadas con su producción literaria, abordan temáticas variadas. En lo personal se sitúan los dibujos de su familia y de recuerdos de su infancia, y, en lo general, plasmó escenas agrícolas, naturaleza, animales o motivos arquitectónicos y religiosos.
El dibujo, explican los que conocen su obra, era para Unamuno una herramienta de observación, una especie de cuaderno de notas visual, que él mismo definía como “una nota gráfica sacada directamente de la realidad”.