Explican los pastores que la trashumancia, el paso del ganado de los pastos de invierno a los pastos de verano y viceversa, garantiza el transporte de las semillas de una zona a otra, asegurando la biodiversidad. Esta es una de las lecciones que este lunes han aprendido los 200 escolares de Alpedrete que han abandonado las aulas por un rato para recibir a las ovejas que desde el norte cruzan la meseta buscando las tierras del sur para pasar el invierno.
Cada una de las 600 ovejas que componían el rebaño llegado a Alpedrete transporta cada día unas 5.000 semillas. Además, aseguran los defensores de la trashumancia, los pastizales donde pastan las ovejas son los mejores sumideros de carbono del mundo y, por lo tanto, son muy importantes para mitigar el cambio climático.
La trashumancia ha permitido a lo largo de los siglos la creación de una red de comunicación a través de vías pecuarias, cañadas y cordeles que en la Península Ibérica se extiende a lo largo de unos 125.000 kilómetros. Hasta el siglo XVIII 5 millones de ovejas recorrían esas rutas, hoy en día los hacen 1 millón. El origen de la trashumancia en España se localiza en los territorios que hoy conocemos como Extremadura y Castilla y León.