Vándalos, No Gracias
No es la primera vez, imaginemos que sea la última. No existe ninguna justificación del vándalo ni de sus acciones, propias de quien desprecia a todos, lo de todos y, por supuesto a sí mismo. Un banco del parque de El Peralejo destrozado, convertido en listones caídos e hierros doblados. Un contenedor para la recogida de pilas tirado en el suelo después de arrancar la loseta en la que estaba anclado. Un contenedor de basura rodeado de muebles viejos cuando existe un servicio de recogida de enseres. O un camión que alguien (uno o varios, a saber) hace desaparecer de dónde estaba aparcado y un vecino encuentra al borde de un precipicio, colocado para caer en una cantera. Hay fotografías de todo lo descrito. Solo hay que mirarlas para decir con claridad: Vándalos, No Gracias. Y no es un lema. Para los amantes de la barbarie se sugiere la lectura de la ORDENANZA MUNICIPAL DE PROTECCIÓN DE LOS BIENES PÚBLICOS Y ELEMENTOS NATURALES, URBANÍSTICOS Y ARQUITECTÓNICOS del Ayuntamiento de Alpedrete.